Tras tomarme un par de días de reflexión
postelectoral y unas cuantas opiniones leídas sobre el tema, creo que es la
hora de mojarse. En primer lugar, sobre los resultados de Equo-Primavera
Europea, de los que me queda un sabor agridulce. En positivo, porque tendremos
representación en el Parlamento Europeo y eso significa dar un paso de gigante
en la consolidación del proyecto verde en España y nos da mucha tranquilidad
para trabajar a partir de ahora. En negativo, porque los resultados en las
zonas en las que concurríamos como Equo (fuera de la Comunidad Valenciana y
Aragón) los resultados no son los que nos gustarían. En Andalucía, por ejemplo,
no hemos pasado del 1%, estando prácticamente empatados con un partido como el
PACMA, muy lejos de ser una organización con influencia política real.
Algunos puntos positivos y negativos del proceso y la campaña:
Puntos positivos
Creo que la experiencia de cooperativa
política ha sido todo un éxito. Siguiendo la campaña creo que se ha conseguido
el co-liderazgo y hemos hecho que otras formaciones como PUM+J, Participa o
Demos+ se hayan sentido muy a gusto dentro de ella. Es un hecho a destacar
porque dice mucho de nuestras formas. Seguimos innovando en política y eso debe
ser visible para la ciudadanía. Particularmente, me anima mucho a seguir por
caminos parecidos, basados en la cooperación. Sin embargo, habrá que pensar
cómo se articulan otras cooperativas políticas que no sean sólo de grupos
políticos previos, sino que integren a todas las personas interesadas es
estructuras que sean meras herramientas.
Puntos negativos
Como otros grupos políticos, no hemos sido
capaces de vislumbrar la irrupción de PODEMOS que, siendo sinceros, seguramente
nos ha restado muchos votos, sobre todo de aquella parte de la ciudadanía que
le da mucha importancia a las formas (primarias abiertas, etc.). En su día, yo aposté por esta vía también para Equo, sin embargo, entiendo que estábamos en nuestro propio proceso desde hacía tiempo, por lo que entiendo que era complicado confluir en aquél momento. A partir de hoy, no hay excusas.
Además, como ya he
leído por la red, parece que seguimos teniendo un déficit para comunicar nuestro
mensaje, entre otra cosas por la dificultad de acceso a los medios, aunque creo
que con nuestras primarias y Florent, nuestro discurso ha ganado mucho.
El 25M como punto de partida
Las características de las elecciones europeas
en las que la circunscripción es única, pone a cada grupo político en su sitio.
Esta vez no ha habido voto útil porque todos valían y creo que así lo ha
percibido la ciudadanía, que ha dado un golpe durísimo al bipartidismo. Con
esta base, todos sabemos qué parte del electorado movilizamos, para ponernos a
trabajar a partir de aquí con otros grupos. El terremoto político del 25M nos
hace aprender muchísimo.
Toca aprender
Creo que la cantidad de votos de PODEMOS nos
va a hacer aprender mucho a muchos. En primer lugar a las bases de IU un punto
muy importante: las formas importan.
El hecho de que PODEMOS haya sido capaz de articular un proceso de primarias
abiertas para confeccionar su lista y hayan participado más de 30.000 personas
era todo un aviso de lo que iba a pasar. ¡Queremos participar! En segundo
lugar, una lección para todos: las
personas importan. Nadie puede discutir que el hecho de que el cabeza de
lista haya sido Pablo Iglesias ha movilizado a centenares de miles de personas
que, sin un líder carismático, no hubiesen apostado por la nueva formación. Y
por último: todavía quedaba (y queda)
mucho electorado por conquistar. Los que pensábamos que las masas ya
estaban más o menos definidas nos hemos dado cuenta de que existe en este país
un conjunto enorme de personas hastiadas y con ganas de cambiar las cosas que
buscan formas nuevas en política, que no están interesadas en antiguos discursos
o símbolos, que quieren que se hable de personas y de las cosas que realmente
importan.
¿Y ahora qué?
En mi opinión, ahora se abre un proceso muy
intenso y a la vez apasionante en el que tenemos que ser capaces de valorar dos
cosas: primero, hasta qué punto no hemos llegado ya al límite de lo soportable
por la sociedad, que demanda unión de acción bajo mínimos comunes que sean
capaces de mejorar sus condiciones de vida; y segundo, ¿seremos capaces de
aportar nuestro imprescindible grano de arena al movimiento ciudadano que se
está dando? ¿tenemos idea de cómo llevarlo a cabo? ¿estamos dispuestos a
cooperar para cambiar radicalmente este país?
Desde luego, la oportunidad que se da ahora en
las próximas elecciones locales es magnífica para experimentar cómo podemos
crear alternativas desde abajo, en cooperación, con buena disposición y
pretendiendo siempre sumar. Las personas que formamos Equo debemos estar ahí.
Desde luego, mi apuesta es intentarlo.